Para hacer una buena familia nunca te deben faltar los siguientes
ingredientes....
- Caricias, mimos y besos en abundante cantidad, bien mezclados con dulzura, cariño y complicidad.
- Respeto, tolerancia, empatía y mucha comunicación: En algunas ocasiones, cuantas veces sean necesarias, agregar también algo de perdón.
- Tamizar las diferencias con algo de comprensión. Evitar que se hagan grumos de pelea y mal humor. Y si aún así se nos escapa algún grumo, disolverlo con un poco de azúcar y una buena dosis de risas, porque la alegría y la dulzura son los remedios más eficaces contra todo tipo de malestar.
- Luego llevar al horno, sin descuidar su cocción, desmoldar con paciencia y espolvorear con mucha unión.
Y por último, aunque para nada menos importante, lo que no puede
faltar en cualquier familia es una buena comunicación entre todos
sus miembros. Resulta ser un elemento fundamental, que favorece la
unidad, la cohesión, la comprensión y la empatía, ya que facilita
una mayor comprensión de los sentimientos de los demás.
A modo de reflexión:
- Papá perdóname por si alguna vez te he fallado...
- No hijo, nunca me fallaste, me ha podido gustar más o menos aquéllo que hiciste, pero jamás me has fallado porque siempre hablamos, siempre ha habido una buena comunicación entre nosotros.